Llega el final de año y se hacen balances. Surgen preguntas sobre las carreteras en este año tan atípico que aún no pueden ser contestadas hasta que no recopilemos los datos de 2020. Pero hay un invariable ruido de fondo cuando de sanciones se trata, y es que las multas más frecuentes son de velocidad. ¿Cómo es eso posible?
Hay varios motivos que tal vez haya que tener en cuenta:
- Las restricciones de velocidad varían a menudo, y no hay un estándar universal. La normativa sobre velocidades máximas fluctúa. Puede haber cierta confusión al respecto.
- Un exceso de confianza al volante, o la creencia de que los límites son excesivamente restrictivos puede hacer que los conductores se tomen a la ligera las señales.
- El sistema español de sanciones cuenta con unos recaudadores que no pasan ni una: los radares.
Desde Automovilistas Europeos Asociados recopilan los datos e informan de que “cerca del 40% de las infracciones se captaron en autopistas libres y autovías. […] Llama la atención el elevado número de denuncias formuladas por exceso de velocidad en las autopistas de peaje catalanas que suponen el doble de las impuestas en el resto de autopistas de peaje de España.”
Los radares más prolíficos de Cataluña
Parece que hay algunas “trampas” en las carreteras catalanas, que hacen que las sanciones impuestas vayan en aumento en todas las provincias menos en Lleida. Los radares abren siempre la polémica entre los ciudadanos que creen que no cumplen una función de seguridad vial. Para cerrar el asunto, Pere Navarro -director general de la DGT-, declaró que efectivamente “la DGT es un organismo, es verdad, recaudador».
Así lo atestiguan los radares más prolíficos de Cataluña, que durante varios años han llenado las arcas de los ayuntamientos, ostentando los puestos más altos . ¡Ojo con la siguiente lista!
Además, en la página web metrópoli abierta, mencionan un radar móvil ubicado en las rondas de acceso, que se hace servir de un coche parado color negro para “cazar” a los coches más rápidos que superen el límite que marca la ley de 80 km por hora. También y a modo de dato curioso, recordemos los radares ecológicos instalados en la ciudad, que además de recaudar, cuidan el medio ambiente funcionando con fuentes energéticas más verdes.
Viendo el éxito de las cifras que arrojan los cinemómetros, se anunció el pasado enero que Barcelona instalaría durante el año cerca de dos docenas de radares afectando zonas como Gran Via, Aragó, o Balmes. En este caso, la concejal de Movilidad de Barcelona, Rosa Alarcón dice que los radares no estarán escondidos, porque lo que se busca es aumentar la seguridad vial, y que se respete la normativa.
Tal vez sí que haya que tomar conciencia y hacer algo de reflexión al respecto, dado que se registraron en 2019 y solo en Barcelona 9.251 siniestros. Teniendo en cuenta que esta cantidad solo recoge las incidencias en las que participó la Guardia Urbana, hemos de suponer que los accidentes fueron muchos más. Aragón y Gran Vía son los grandes puntos negros, y es donde habría que extremar la precaución.
Pero una vez dado por sentado que los conductores tratan de cumplir la normativa, y que no existe mala fe ni picaresca, es indudable que los cerca de 3 millones de multas el pasado año que los radares españoles impusieron, no son baladí.
Así, vemos en la página web Autopista.es que se hace eco de una noticia: hay más de 550 radares móviles. Este tipo puede operar en movimiento y camuflados en guardarraíles, coches aparcados o coches que simulan estar averiados para conseguir capturar la infracción. El modelo MULTANOVA 6F, es capaz de diferenciar el tipo de vehículo al que «dispara», y así conocer con exactitud la normativa sobre sus máximos de velocidad permitidos.
Como este, la DGT pone en marcha nuevos métodos para hacerse con los tramposos, y desafía la pillería con los radares en cascada, que consisten en colocar un segundo radar móvil más allá del radar fijo. De modo que … ¡no te quedan muchas más opciones que respetar la normativa vial!